Prescindiendo ahora del método de la cuchilla de afeitar, el procedimiento común para corregir dibujos a tinta china es el del gouache o témpera blanco, esa pintura pastosa muy opaca que se vende generalmente en tarritos, pero también en tubos o pastillas. Para aplicarla, previamente hay que diluirla tomando un poquito de ella y echarle algunas gotas de agua hasta que ofrezca una consistencia semilíquida, pero sin que la pintura pierda sus propiedades cubrientes; después, aplicar con un pincel para tapar la zona deseada, y una vez seca, volver a dibujar encima. Guarde la mezcla en un frasquito hermético y así la tendrá preparada en cualquier momento.
Ahora bien, si usted no utiliza tinta china, sino que emplea otro tipo o un rotulador cualquiera, el gouache no sirve, ya que la mayoría de esas otras tintas suelen aflorar sobre el blanco dándole un tono gris azulado o diluirse con él. Use en este caso uno de los actuales lápices de líquido corrector, si bien, su punta no es lo que se dice muy precisa.
El problema que conlleva un dibujo corregido al gouache o líquido corrector se presenta con el tiempo, cuando el papel empieza a amarillear mientras que las correcciones al gouache permanecen de un blanco impoluto. He visto montones de historietas de la editorial Bruguera (F. Ibáñez, Raf, Conti, Cifré...) con más remiendos que el pantalón de un pobre. ¿Pero no es cierto que Velázquez pintó un caballo con seis patas, o al menos eso parece?. Cosas de los pentimenti.
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