Es probable que hayan visto ustedes alguna de esas vacas de tamaño natural decoradas con pintura de brillante colorido. Forman parte del
CowParade, una idea que ya tiene tres décadas y que se ha extendido por todo el mundo en forma de otros múltiples bichejos. Pues bien, Segovia, en donde priva el cochinillo asado, no podía ser menos, y para la noche del pasado sábado, plagada de sorpresas y espectáculos,
se encargó a 31 pintores que dieran rienda suelta a su imaginación vistiendo a su antojo a tan ilustre marranillo para dejarle retozar por el extenso paseo de álamos que bordea la ciudad a orillas del Eresma, en lo que se denominó
La piara fantasma.
Esta es mi aportación según foto publicada hoy en
El Norte de Castilla: